El café que ya nos hacía falta
Aunque Piura se ufane de tener un buen café—que la roya también está atacando este año— a la ciudad aún le faltan buenas cafeterías, que usen agua filtrada, opten por la producción regional y no disparen sus precios. Aquí les dejo una opción.
Norka Peralta Liñán
¿Qué hace que una ciudad sea tuya? ¿Haber nacido en ella? ¿Sentirte suyo aunque seas un foráneo? Para mí, una ciudad es tuya, y tú de ella, cuando encuentras el espacio perfecto para beber un café y debes reprimir el deseo de tumbarte en unos de sus sofás y pedir tu mantita.
Cuando me mudé a Piura, pensé que echaría en falta a la familia, algunos amigos, mis libros metidos en cajas, el mercado de Jesús María, un par de bares y ciertas malas costumbres que tenemos los limeños, como saber bajar con pie derecho, leernos todos los diarios del quiosco con nuestra mirada ultra escáner, caminar (o nadar) perfectamente en medio de la humedad al 100% de Lima e ir a todos los nuevos restaurantes que abra Gastón Acurio, entre otras limeñadas. Me equivoqué.
Echo de menos tomarme a solas un capuchino en San Antonio (Magdalena o en el Centro), encontrarme con Isabel en Origen Café (Pueblo Libre), ir al Pausa Café (Jesús María) que descubrió Susana en mis últimas semanas en Lima, comprar café pasado en vaso de tecnopor en Santa Isabel (Centro), merodear por Aguaymanto (Jesús María) por un moca y hasta tomar café en la terraza de El Comercio con Pier e Irene, conversando de todo, soñando con mucho, riendo de nada y de todos.
Aquí en Piura, los mejores cafés los he tomado en casa junto a mi chico. Hemos probado café pasado de Costa Rica, de Colombia, ahora estamos por terminar uno de Montero (Piura), y nos esperan bolsas de Brasil, Amazonas y Chanchamayo. Y no solo son los mejores por los orígenes de los cafés sino porque usamos agua embotellada para pasarlos. El agua de Piura sabe a sal, aunque la hiervas la noche previa y la dejes en reposo, el sabor no se va.
Lamentablemente, pocas cafeterías en la ciudad usan agua filtrada y las que la usan cobran caro. Otro punto en contra de las cafeterías piuranas es que no abren a la hora en que urge tomarse un café en cualquier parte del mundo: al caer la tarde. Quizás se deba a que a las 6p.m. todavía se siente el bochorno y pocos locos buscan café en Piura a esa hora. (Sí, agregue carita triste aquí).
Las que sí tienen aire acondicionado y atienden, no solo cobran caro, sino que no tienen el ambiente que se requiere para tomarte un café y desconectarte mientras lees, trabajas en tu laptop o chismeas. Por todas estas razones, solo tomaba café en casa, hasta que hace un par de semanas descubrí: Espresso Café.
Ubicado en la calle Lima 536, este local tiene poco menos de un mes de vida. Es el emprendimiento de Luciana Salazar y David Arrasco, una joven pareja de esposos y socios que está apostando por darle a la ciudad un café acogedor a cualquier hora del día, desde las 8:30 a.m. hasta las 9:30 p.m., con aire acondicionado, revistas para hojear a gusto, televisión con cable y wifi, con una buena variedad de cafés (capuchino, latte, ristretto, machiato, moca y el pasado es de Canchaque), postres, infusiones, sándwiches y piqueos a precios razonables. Puedes beber un té helado por S/.2,50 o saborear un chocolate espeso y delirante por S/.6,00.
Pues bien, la gran pregunta es: ¿si ya encontré mi café, esta ciudad ya es mía y yo suya?
Seguiremos informando.